15 años de labor!
El comienzo fue sencillo. Todo empezó
humildemente en 1987 con seis madres y 16 niños en una habitación
rectangular ofrecida por la Iglesia Episcopal de Colón, Panamá. En una
ciudad terminal de una milla cuadrada, plagada de violencia, drogas, abusos
sexuales, pobreza extrema y creciente desempleo, las madres abandonadas y
sus niños en situación de desventaja tenían poca o casi nada de esperanza
de escapar de las cadenas de injusticias que los ataban. En medio de una
crisis política, social y económica, las Hermanas de la Misericordia Barbara
Ozelski y Dina Altamiranda (voluntaria laica en aquel tiempo) crearon el
proyecto MUCEC para acompañar a esas madres abandonadas pobres y sus niños.
Al llegar a los 15 años de aniversario de MUCEC
(2002), existen continuas señales de
nueva vida. Más de 100 madres y sus hijos participan cada año
en el Centro. Hay crecimiento continuamente a través de la
Formación Integral, la
Capacitación a base de talleres
de adiestramiento y los grupos de
Producción o mini-cooperativas que ayudan a las madres con un
ingreso autogestivo mínimo para que puedan diariamente sobrevivir junto con
sus hijos. Más aún, hay una variedad de servicios que están disponibles para
las mujeres y sus niños. A través de las sesiones de Formación Integral en
el Centro, las madres han desarrollado sus cualidades de liderazgo y ahora
ofrecen su propio tiempo voluntario, coordinando Talleres de Capacitación
para otras madres o colaborando en la
Guardería y el programa de los sábados con
sus niños: NICEC. La ayuda solidaria a otras madres pobres es clave, especialmente si la
madre tiene un trabajo o si está participando de los Talleres de
Capacitación ofrecidos por el Centro. Esto representa un alivio para las
madres y una alegría infinita para sus hijos. Tambíen, los
Grupos de Apoyo para las víctimas
de violencia, así como Consejería
profesional individual, sesiones de
Terapia de autoayuda, masajes, asistencia médica y alimentación
ayudan a desarrollar la esperanza en un futuro mejor. La generosidad
continua de voluntarios y donaciones hacen posible todo esto.
Gracias a tanta gente maravillosa que siguen
creyendo en las mujeres y los niños del Centro MUCEC, el sueño de un Centro
propio, cuya construcción y lotes de tierra fueron donados totalmente, es
¡ya una realidad!
La misión de
Catherine McAuley, fundadora
de las Hermanas de la Misericordia, de acompañar a las mujeres y
los niños pobres de Dublín, Irlanda a empoderarse de sus vidas, continuará
hacia el futuro a través del desarrollo de sus propias cualidades de
liderazgo y de ellos mismos.
¡Cuán bendecidas somos nosotras al
dejarnos evangelizar por los empobrecidos!
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